Miguel Jorgge - ¿Cuál sería los desafíos de una Fe sin Razón y una Razón sin FE?
Existe una armonía entre el conocimiento filosófico y la fe: la fe requiere que su objeto sea comprendido con la ayuda de la razón y la razón admite como necesario lo que la fe le presente. Desde el punto de vista semántico, las definiciones de fe y racionalismo están en lógica oposición.
Las creencias sostenidas por "fe" pueden valorarse según esté sujeto su juicio a relaciones de orden con la razón:
- La fe subordinando a la razón: En esta perspectiva, todo el conocimiento humano y la razón son vistos como dependientes de la fe: fe en nuestros sentidos, fe en nuestros recuerdos, y fe en la disposición de sucesos que recibimos por testimonio de otros o del entorno. En consecuencia, la fe es vista como esencial e inseparable de la razón. Esta justificación se aplica en gran parte a la filosofía histórica del racionalismo, y menos a las perspectivas racionalistas contemporáneas.
- La fe superordinando a la razón: En esta perspectiva, la fe se presenta cubriendo asuntos que se consideran reales pero que la ciencia y la racionalidad serían inherente mente incapaces de tratar. En consecuencia, la fe es vista como complementando la razón, al proveer respuestas a preguntas que de otro modo serían incontestables.
- La fe sin orden a la razón: En esta perspectiva, la fe es vista como esas opiniones que uno mantiene a pesar de que la evidencia y la razón digan lo contrario. Así pues, la fe es vista como perniciosa con respecto a la razón, como si impidiera la habilidad de pensar.
Comentarios
Publicar un comentario